Los 94 km de Patinadas Madrid 10-08-13

Carril bici: Arganda del Rey a Ambite - Ambite a Arganda del Rey

Mapa de la ruta

Los datos extraídos del gps

                      Total recorrido

                     Recorrido de ida

                    Recorrido de vuelta

La ruta la tienes alojada en wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=5027948, por si la quieres ver en detalle y/o descargarte el track a tu gps.

La ruta la consideramos difícil por la distancia en km a recorrer, ya que hay que tener fondo físico y por el calor que hizo, que fue matador.

Crónica de la ruta escrita por el amigo y maestro de patinaje reconocido en todo el mundo mundial, Dani:

Todo empezó en un bar de Arganda. Allí mientras desayunábamos algo nos preparábamos psicológicamente para salir. La proeza que nos quedaba por delante era inmensa, pero la confianza que se había arraigado en nosotros nos hacía creer que esto iba a ser una ruta mas.

Desde el principio fuimos muy conservadores, nada de salir como caballos desbocados, quedaba mucho día y había que mantener fuerzas hasta el final. Dani se encargo de ello, con un ritmo suave pero alegre nos llevo poco a poco hasta la cima de la cementera. Desde ahí todo iba a ser sencillo y muy rápido. Llegamos a Arganda y descubrimos el peor tramo de suele que íbamos a tener. Cruzar Morata a penas un par de Kilómetros fue una tortura para las piernas. En ese momento no lo sabíamos, pero a la vuelta sería un punto en el que todos tuvimos que descansar pues era imposible seguir avanzando.

El resto del camino se hizo muy rápido, paradita para reponer fuerzas, la única que hicimos hasta llegar a Ambite y esperar en cada curva encontrarnos a David y  Rocio que nos iban a acompañar en el último tramo hasta Ambite. En Ambite casi una hora, entorno a las doce del medio día, tratábamos de recuperarnos mínimamente, y poco a poco nos acomodamos más hasta el punto de que resultó difícil levantarse de esas sillas,

Salimos de Ambite con David a un ritmo alegre, estábamos confiados, y no demasiado cansados, pero antes de llegar a Tielmes descubrimos cual iba a ser nuestro peor enemigo, el calor. El calor que otras veces nos había puesto la zancadilla, esta vez iba a convertirse en un auténtico calvario.

La primera parada fue por necesidad, en las mismas mesas en las que habíamos descansado anterior mene íbamos a sentarnos a comer algo, y recuperarnos, pues Oscar estaba empezando a mostrar sintomas de cansancio. Agua, comida, mojar la cabeza y tras casi veinte minutos parado reanudar la marcha con la idea de que no quedaba tanto, 26 Km que iban a ser los mas largos de toda mi historia como patinador.

La ausencia de sombras por el camino, la suave pendiente de subida, unida al sol implacable y las cinco horas acumuladas hicieron que nuestra marcha se convrtiese en un paseo en el que cada sombra parecía un semáforo en rojo en el que deseabas pararte. Así conseguimos llegar hasta Arganda y sufrimos la mayor situación de renuncia que nos ibamos a encontrar. Oscar con los pies destrozados se tenia que quitar los patines para refrescarlos, Jesús no hablaba, y servidr tenía miedo de quitarse un patín por miedo a las ampollas que llevaba.

Cuando Oscar se recuperó  decidió que íbamos a llegar arrancamos la marcha por Morata, con ese maravilloso suelo que tiene en sus calles. Fue un suplicio, y encima nada mas salir del pueblo tocaba subir hasta una cementera que nunca aparecía. Yo trataba de ir animándoles, ofreciendo mi apoyo moral, siendo realmente ciego de mi mismo, pues no estaba siendo consciente de lo que ir en la cabeza del pelotón marcandoles el ritmo o cortandoles el viento estaba suponiendome. Jesús que a intervalos se escapaba, usaba las cuestas para recuperar lo máximo posible y esperarnos en alguna sombra cercana Las paradas se sucedieron en la subida pero no fue hasta llegar ver la cementera cuando lo peor apareció. Parecía que nadie tuviese fuerzas en especial Oscar, pero el espíritu rutero que tenemos nos hizo sacar fuerzas, hicimos un trenecito empujándonos y ayudándonos a terminar el ultimo tramo y una vez coronado estar a la altura de la cementera, no nos imaginábamos lo grande que era, 

Por fín apuntaba ya la bajada, una última parada, descanso con la mochila como almohada y el miedo a la deshidratación lipotimias y demás en la espalda. Por fin arrancamos y Oscar y Jesús como dos malas bestias empezaron a bajar como balas. Ahí fue donde yo descubrí que no podía más, al verme descolgado y no ser capaz de alcanzarles mi moral se hundió y ya solo fui capaz de llegar hasta el final. Recuerdo, eso si con mucha curiosidad, una frase de Jesús en la subida, "este paso a nivel de chapa da mucha impresión cuando vienes bajando", pero cuando estábamos bajando ni nos planteamos que era realmente ese sitio.

Hasta los primeros repechos de Arganda no llegué a su altura, ya nadie quería saber nada de nadie, se veía ya el hospital y con ello la meta. Cada uno a su ritmo trataba de hacerlo lo mejor que podía. Jesús en cabeza escapado, Oscar más retrasado y yo en en medio viendo a ambos, pero no iba a quedar ahí la cosa, el carril bici nos iba a dar la ultima sorpresa para que no nos olvidásemos nunca de el, pues la subida del hospital de Arganda era el recordatorio de lo que había sido todo. Sol, dureza y cansancio.

Los que consiguieron hacer realidad el reto

Jesus, Oscar & Dani.